La infección de la piel provoca enrojecimiento, inflamación y dolor en el área infectada. Para tratar estas infecciones se debe limpiar bien la zona y aplicar una delgada capa de Adermicina® sobre el área afectada, 2 o 3 veces al día.

Cuando se produce una quemadura, se pone en marcha en el organismo una serie de acciones para intentar reparar el daño causado. En caso de una quemadura leve, superficial que afecta solo una pequeña área del cuerpo, la primera recomendación es enfriar la quemadura (con agua corriente fría o aplicando una compresa fría y húmeda). Una vez que la quemadura se haya enfriado, aplicar Adermicina® que ayuda a prevenir que se seque, brinda un rápido alivio del dolor y minimiza la adherencia de los vendajes. Luego, cubrir la quemadura con un vendaje de gasa estéril, sin ajustar para evitar la presión sobre la piel quemada.

Un corte o una ruptura en la piel permite el ingreso de bacterias habituales de la piel que podrían causar una infección. Para prevenir las infecciones de la piel en una herida y promover la curación de la lesión, se debe limpiar cuidadosamente la piel afectada y aplicar Adermicina®, 2 o 3 veces al día.